Danielle Hernández, abogar desde la verdad, servir desde el corazón

Por Henry Aguilera, Tampa FL, [email protected]

En un mundo donde muchos prefieren el silencio para evitar controversias, la voz de Danielle Hernández se alza con firmeza y compasión. Nacida en Miami, hija de ecuatorianos, y criada en un hogar donde solo se hablaba español, representa una identidad bicultural que le ha dado fuerza para luchar por quienes muchas veces no tienen voz: los inmigrantes.

Su español impecable siempre sorprende a quienes atiende en su bufete, pero para ella, hablar este idioma es hablar desde el alma. “Así crecimos, con la casa siempre llena de gente, todos bienvenidos, y la comida ecuatoriana como símbolo de unión”, recuerda con una sonrisa. Esta calidez, heredada de su madre y sus abuelas, sigue viva en cada conversación que mantiene con sus clientes.

No solo ha logrado establecer una sólida carrera en leyes; ha construido un camino propio, enfrentando obstáculos, dudas y sacrificios. Fue la primera en su familia en cursar estudios universitarios de manera tradicional. Se graduó en psicología antes de decidirse por la escuela de derecho, sin saber exactamente cómo iba a costearlo. “Dije: ahí vemos… y me lancé”, cuenta. Entre préstamos, noches de estudio y esfuerzo constante, forjó una carrera que lleva más de 15 años sirviendo a su comunidad.

Antes de abrir su propio bufete en 2020, trabajó en el Banco Mundial, en el Departamento de Seguridad Nacional y también fue fiscal en la corte de inmigración. “Esa experiencia me enseñó cómo funciona el sistema desde adentro. Ahora la uso para defender mejor a mis clientes”, afirma. Pero su trabajo va más allá del tribunal: es activista, educadora, generadora de conciencia. En sus redes sociales comparte información gratuita, clara y honesta. “No hago cuentos de hadas. A mis clientes les hablo con la verdad, aunque a veces duela. La honestidad también es un acto de respeto.”

Muchos la buscan por recomendación. Otros la descubren en eventos comunitarios, paneles, entrevistas o en sus videos de TikTok e Instagram. En todos los espacios, su mensaje es coherente: los inmigrantes necesitan prepararse, informarse y actuar sin miedo, pero también sin pánico. “No se puede esperar a que te pongan las esposas para pensar en tus cuentas de banco o en quién recogerá a tus hijos. Tener un plan no es un lujo, es una necesidad”, dice.

Recuerda con emoción casos que la han marcado. Como el de una mujer peruana víctima de violencia doméstica que logró asilo en Nueva York, justo antes de que esa vía legal fuera eliminada. O el de una pareja venezolana cuyo abogado falleció, y ella, desde un auto en Orlando, defendió su caso y ganó. “Cada cliente deja una huella. Son historias reales, de lucha, de dignidad.”

En estos tiempos, ejercer el derecho migratorio es una carrera de resistencia. “Las leyes están cambiando aceleradamente, y no para bien. El precedente ya no se respeta como antes.

Al preguntarle cómo se ve en 10 años, responde sin dudar: “Quiero seguir ayudando. No sé en qué forma ni en qué cargo, pero quiero seguir sirviendo desde un lugar más amplio, con más impacto.”

Danielle Hernández no solo ejerce la abogacía; la honra. Y en tiempos de incertidumbre, su voz es un faro de claridad y esperanza. A quienes llegan a este país con miedo y sueños a cuestas, les deja este mensaje: “Mantengan la fe, la calma y prepárense. El camino es duro, pero no imposible.”