Por Henry Aguilera, Tampa FL, [email protected]
Con una batería en las manos y una curiosidad que nunca se apagó, Alex Montalvo ha recorrido un camino poco convencional: uno que lo llevó de los escenarios musicales a las líneas de código, del ritmo caribeño al diseño digital, y de la expresión artística a una herencia creativa que hoy florece en sus hijas.
De la música a la tecnología
Nacido en Puerto Rico, creció entre bicicletas y compases. Desde los nueve años, la música marcó su vida. A los diez ya tocaba en la banda escolar de Guayanilla, y pronto representaba a su tierra en eventos emblemáticos de Estados Unidos como el Desfile Puertorriqueño de Nueva York, el de las Rosas en California y el de Acción de Gracias en Filadelfia. A los once, una beca para un campamento de percusión en la Universidad de Westchester reafirmó su vocación: había nacido con ritmo y con propósito.
Esa pasión se convirtió en oficio. Durante más de una década vivió profesionalmente de la música. Tocaba de martes a domingo, alternando entre grupos y reemplazos. Aunque la salsa es bien popular en la isla, sus preferencias tomaban otros caminos: rock en español, Bomba y Plena. “La música tiene más que ver con actitud que con género”, afirma con convicción.
El camino hacia la tecnología
Pero como tantos creativos, supo que los sueños también necesitan estructura. En el año 2000, motivado por el deseo de asegurar un futuro más estable, estudió programación de computadoras. Dos años más tarde, ya casado y con una hija en camino, decidió emprender. Era 2003. Lo digital aún era nuevo. Sin portafolio, pero con entusiasmo, visitó una heladería y propuso algo simple: “Si te gusta la página, me pagas. Si no, no pasa nada”. Con una cámara digital comprada en Walmart, fotografías espontáneas y mucho empeño, creó su primer sitio web mientras compartía un helado con su esposa embarazada. Ese proyecto inicial fue el punto de partida.
Un negocio en expansión
Desde entonces, ha convertido esa iniciativa en un negocio dinámico y en expansión. Ofrece servicios de diseño web, fotografía, contenido para redes sociales, video y automatizaciones con inteligencia artificial. “YouTube ha sido mi universidad”, comenta entre risas, aludiendo a su formación autodidacta y constante.
Compromiso con la comunidad
Además de su labor como emprendedor, también se involucra en espacios de representación y liderazgo. Actualmente, forma parte del Board de la Latin Chamber of Commerce, lo que refleja su compromiso con el crecimiento de la comunidad hispana.
El legado familiar
Sin embargo, donde su impacto se siente con más fuerza es en casa. Su hija mayor toca piano y guitarra, y estudia programación en la Universidad del Sur de Florida. La menor diseña ropa para sus mascotas, cose, dibuja y sueña con ser veterinaria. “No sé de dónde sacó eso”, dice con orgullo, “pero es hermoso ver cómo crea con sus manos”. En su hogar, la creatividad no es un talento: es una manera de vivir.